Debates presidenciales: "La tinellizacion de la politica".

Se acerca el segundo debate presidencial y los candidatos se preparan para dar la estocada final en la arena del circo para influenciar las mentes de miles de electores que se disponen a ser guiados en manadas o como se ha dicho por algunos analistas a que los dos partidos mayoritarios retengan su plataforma de votantes. 

La clase política durante años ha buscado desesperadamente segundos de publicidad gratis para hacer conocer sus caras. Las viejas ideas con respecto a que había que vender su alma al "partido" para que el dinero fluyera para la candidatura con la aparición de las redes sociales -facebook, twitter, whatsapp, etc.,- ha muerto. En la actualidad si se cuenta con carisma y el poder juntar un grupo de acólitos avispados en el uso de las redes el puesto esta casi asegurado. Casi sin costos y con seguidores de calidad.

Pero el negocio para el circulo rojo no puede terminar, tan repentinamente, con la democratización de la web donde quedaran las obras y miles mas de productos y servicios negociados para aprovisionar aun estado gordo y fofo que gasta millones de pesos por cada persona que lo compone ( $84.574.144  o u$s 1.410.000), por lo que si las técnicas usadas por el pope de la televisión por estas latitudes a dado resultado, entonces -habrán dicho- las hagamos.

Costo en un principio que los políticos aceptaran participar pues el miedo a perder todo en unos segundos (como le paso a Scioli en las presidenciales del 2015) hacia que mas de un candidato no se presentará al debate hasta que por ley se aprobó la obligatoriedad.

Aunque este año fue todo diferente en parte porque el poder y el espanto a las "políticas económicas liberales de Mauricio Macri" han unificado al peronismo cambiando el escenario y en parte porque las medidas económicas que se tomaron durante estos cuatro años pasados (2015-2019) han minado cualquier intento de reelección por lo que mientras la otra parte no cometa un error garrafal que tire todo por la borda durante el show o el Gran Hermano que vive cada candidato hasta cuando va al baño. Y eso es en parte lo que se busca que pase en el debate.